lunes, 22 de agosto de 2011

Integración del Estado mexicano en un contexto internacional*

De la misma manera que es indispensable replantear la relación del gobierno federal con los gobiernos de las entidades, así también es indispensable replantear la nueva relación de México en el contexto internacional.
Sobre el particular, lo he expuesto con anterioridad, tal proceso inició en México a partir de la década de los ochenta, su reflejo inmediato fue en los aspectos económicos y comerciales. La firma de tratados de libre comercio, acuerdos comerciales y apertura de mercados lo demuestra. A todo esto, sin embargo, existe un tema de fondo que, por lo general, pasa desapercibido, me refiero a las modificaciones jurídicas que trae consigo lo anterior. Modificaciones que se han hecho de manera pragmática, coyuntural, como una necesidad de respuesta. En este sentido, México, como país, con su miseria, pobreza, falta de producción y calidad en la existente, hay que ser claros, no se incorpora a ningún marco internacional, los que se incorporan son sectores económicos específicos, en particular, los identificados con el sistema de reproducción financiero norteamericano, con la burocracia financiera internacional y sus programas de ajuste, con las transnacionales, quienes, hoy por hoy, son dueñas de la dinámica económica mexicana.
Efectivamente, el Estado mexicano está atrapado en el puño de las grandes corporaciones transnacionales, sobre todo norteamericanas, quienes imponen directrices concretas a llevar a cabo. La economía, la política y el establecimiento de un marco jurídico acorde a procesos globalizados, no es cuestión de milagros sino de claros intereses de clase y mecanismos de poder, y el poder, que no se olvide nunca, se mide solamente con el poder.
Así las cosas, el problema o virtud de México es vivir inseparablemente de Estados Unidos, tanto geográficamente como en los impactos económicos y políticos. Ello no quiere decir que seamos una estrella más; dentro de nuestra dependencia económica con Estados Unidos está nuestra grandeza, solidez como país. El punto central está en la importancia que le demos al sistema productivo, desarrollo social y cultural. El problema no solamente estriba en que unos tienen más que otros, sino en que no hemos sido capaces de desarrollar un sistema productivo, social, cultural, que incorpore sin exclusión, a la población. ¿Es difícil entender que la pobreza es un obstáculo para el desarrollo de un país?.
México cada vez se aleja más y más de América Latina y se integra a la economía y sociedad norteamericana, como país maquilador, de comercio, trueque, de negociación, de medio estratégico con respecto a otros países.

*González Licea, Genaro, Ensayo sobre la reestructuración del Estado mexicano, Amarillo editores, Derechos Reservados a favor del Autor, México, 2001.

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