lunes, 22 de agosto de 2011

Integración sin excluyentes, el sentir nacional*


El sentir nacional manifiesta una actitud de cambio y transformación; de búsqueda, comunión e integración sin excluyentes; está también, por mantener la soberanía nacional, al mismo tiempo que compartirla, mediante un pacto internacional. Si hay soberanía nacional fuerte, entonces también puede coexistir una soberanía compartida, caso contrario, los pactos internacionales, la soberanía de un gran Estado internacional, puede absorber, determinar y anular, la soberanía de los Estados locales o regionales. Esta idea aplica en todas las aristas de la vida nacional; para ejemplificar, pregunto: ¿cómo estar por tratados de libre comercio si nuestro comercio es débil?, ¿cómo por una Constitución de Norteamérica si nuestra Constitución Política requiere reformas sustanciales, he inclusive, el país exige una nueva Constitución?, ¿cómo estar por acuerdos internacionales en derechos humanos si internamente, se vive la exclusión de los satisfactores mínimos humanos de casi todos los sectores sociales?. Caso evidente es el indígena —estorbo y vergüenza del Estado—, el cual, así como en otros tiempos se intentó eliminar mediante procesos de colonización y exterminio, recuérdese, cito las palabras de una investigadora del Colegio de México que escribió un libro dramático y conmovedor, un exhorto a la memoria, intitulado México descalzo, me refiero a la historiadora Romana Falcón, ella dice al referirse a los indígenas, a los grupos étnicos en general, El Universal, 28 de octubre de 2002, que “hace 120 años en México hubo una abierta y brutal campaña de exterminio contra los grupos seminómadas del norte del país, por cuyas cabezas el gobierno pagaba 130 pesos y un poco menos si se trataba de una mujer o un niño”. Otros ejemplos de este tipo de procesos, continúa la historiadora Falcón, es el que se ejerció contra los comanches, los apaches y los mayas en la guerra de castas a mediados del siglo XIX. Ahora, se intenta nuevamente desconocer su cultura, su cultura que es parte de nuestra cultura, se intenta otra vez el exterminio de los grupos étnicos de mi país. ¿No basta que estén viviendo en nichos ecológicos, en las entrañas de selvas o desiertos?.
Regreso al punto, considero que el sentir de la nación está por una reestructuración integral del Estado mexicano para establecer un real Estado de derecho. Está por la búsqueda de consensos y no por acuerdos grupusculares, de elite; acuerdos mezquinos, de café y fines personales. Para lograr consensos, veo como única posibilidad la participación activa del Congreso de la Unión, un Congreso que vea de frente la historicidad de los problemas, la dinámica de nuestra formación económico social y promueva trabajos legislativos, palanca de apoyo para lograr consensos, transformaciones, reestructuraciones.

*González Licea, Genaro, Ensayo sobre la reestructuración del Estado mexicano, Amarillo editores, Derechos Reservados a favor del Autor, México, 2001.

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